La menopausia no es una enfermedad, es una etapa natural en la vida de la mujer. Y con algunos hábitos, puede vivirse con bienestar y salud.

Uno de los pilares es mantener una alimentación equilibrada, rica en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.

Aumentar el consumo de alimentos ricos en calcio o vitamina D, como lácteos y pescados azules, ayuda a proteger los huesos. Y moderar el consumo de cafeína y de productos ricos en azúcares o grasas ayudará a mejorar el sueño y a mantener un peso saludable.

El ejercicio físico regular es esencial, porque permite mantener la masa muscular y previene la pérdida de densidad ósea.

Y si ciertos síntomas, como los sofocos, son intensos, el médico puede valorar el empleo de la terapia hormonal sustitutiva o también de nuevas alternativas terapéuticas no hormonales, que ofrecen una buena eficacia.

Sin embargo, estos tratamientos solo deben emplearse cuando los indique el médico, con un seguimiento adecuado para retirarlos cuando ya no sean necesarios.