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El otro día, en un restaurante, oí una frase ingeniosa, que me llamó la atención: “Eso tiene menos porvenir que un pediatra en España”. Tendría que ser alguien relacionado con la Medicina o con la Sociología y las estadística, porque, efectivamente, cada vez hay menos niños en España. Algo más de cinco millones, menores de 14 años, mientras los perros casi son el doble. Completando la ironía podríamos decir que los que tienen porvenir en España son los veterinarios. O los geriatras, porque los mayores de 65 años -me incluyo- somos casi tantos como los perros: dos de cada diez ciudadanos. El desbarajuste sanitario, laboral, económico, familiar y social va a ser cada vez más intenso. Además, estos jubilados de hoy que cobran una pensión superior al sueldo de un MIR recién escudillado, pasarán a cobrar una pensión de miseria. Ni siquiera podrán comprarle comida a su perro. Puede parecer apocalíptico, pero investigadores serios y competentes pintan este porvenir, y puede que sean los Casandras del siglo XXI, pero ¡Ojo!: catástrofe que anunciaba Casandra, catástrofe que tenía lugar.