Nueva iniciativa de divulgación sanitaria impulsada por la Vocalía Nacional de Dermofarmacia del C
Nueva iniciativa de divulgación sanitaria impulsada por la Vocalía Nacional de Dermofarmacia del Consejo General de Farmacéuticos, junto con Medicina Televisión y la colaboración de LaRoche Posay.
Videoconsejo impartido por la farmacéutica Elena Monje experta en Dermofarmacia.
Como estamos viendo en esta serie de videoconsejos, los tratamientos oncológicos pueden producir efectos secundarios sobre la piel, pero también sobre el cabello y las uñas.
Estos efectos sobre el pelo y las uñas son generalmente reversibles, aunque tienen un alto impacto psicológico y funcional en los pacientes.
En el caso del cabello, la alopecia es el principal efecto y es la pérdida anormal de pelo —difusa o total— afectando no solo al cuero cabelludo, sino también a las cejas, pestañas y otras áreas corporales.
La alopecia es un efecto secundario común, especialmente con la quimioterapia y la radioterapia, pero también con algunas terapias dirigidas.
La mayoría de los agentes quimioterápicos pueden causar alopecia, aunque su intensidad varía según el fármaco empleado y las dosis utilizadas. En el caso de la radioterapia, hasta el 50 % de los pacientes tratados con dosis altas pueden desarrollar alopecia irreversible en la zona irradiada.
La quimioterapia generalmente causa alopecia en todo el cuero cabelludo, cejas y pestañas. La radioterapia causa alopecia localizada en la zona irradiada y en el caso de las terapias dirigidas, algunas pueden causar alteraciones en las pestañas que se vuelven más largas y frágiles.
El cabello suele empezar a caerse a las pocas semanas de iniciar el tratamiento y puede ser una caída gradual o repentina. Además, el cuero cabelludo puede estar sensible o con picazón.
Para la alopecia no existe un tratamiento específico. Existen medicamentos como el minoxidil que pueden ayudar a estimular el crecimiento del cabello en algunos casos, aunque con eficacia limitada en la alopecia inducida por quimioterapia.
Se pueden utilizar pelucas, pañuelos, sombreros u otros métodos para cubrir la pérdida de cabello.
No obstante, conviene recordar que hay alopecias inducidas por los tratamientos oncológicos que son temporales y el cabello suele recuperarse al finalizar el tratamiento.
Uno de los efectos adversos más frecuentes son la paroniquias o inflamación dolorosa de los laterales de las uñas, en el que a menudo, aparecen sangrado e infecciones secundarias por penetración del borde de la uña en la piel, lo que comúnmente denominamos uña encarnada.
Las uñas de los pies, especialmente la del dedo pulgar, son las más afectadas.
La paroniquia es un efecto adverso asociado principalmente a las terapias dirigidas y suele aparecer alrededor de los 2 meses tras el inicio del tratamiento.
Para prevenir su aparición o disminuir su intensidad se recomienda:
o realizar una revisión previa para examinar las uñas en busca de defectos o infecciones,
o mantener las uñas cortas, con bordes redondeados y sin eliminar las cutículas,
o usar calzado cómodo y flexible,
o hidratación diaria y evitar productos irritantes como tolueno, formaldehído, parabenos o acetona.
En cuanto al tratamiento dermatológico, éste va a depender del grado de severidad:
En el grado 1 o leve: se prescriben corticosteroides tópicos de potencia media, con o sin antibióticos o antifúngicos.
En el grado 2 o moderado: si hay infección, se pauta antibiótico oral tras realizar un cultivo y corticoide tópico. Si hay granuloma piógeno, se recomienda tratamiento físico o cirugía, especialmente si la uña encarnada no responde al tratamiento.
Y finalmente en el grado 3 o grave: se utiliza tratamiento antibiótico local y oral y cirugía en casos necesarios.
Respecto al tratamiento dermocosmético, es clave mantener una buena hidratación de la zona periungueal y en caso de uñas encarnadas, aplicar vaselina en el pliegue para prevenir infecciones.
Algunos consejos que podemos darte desde la farmacia para estos efectos secundarios sobre el cabello y las uñas son:
Elige champús suaves y lava el cabello con agua tibia. Es importante elegir productos que no irriten el cuero cabelludo.
Evita el uso de secadores de pelo, planchas y tintes, para no dañar más tu cabello.
Cepilla el cabello suavemente con un cepillo de cerdas suaves.
Protege tu cuero cabelludo del sol con sombreros o pañuelos.
Acude a tu podólogo y hazte la manicura antes del inicio del tratamiento. Es imprescindible tener las uñas los mas cortas y saneadas posibles para prevenir futuras complicaciones.
Emplea una crema hidratante intensiva y aplícala varias veces al día en uñas y yemas de los dedos.
Y utiliza guantes y calcetines de algodón y sin costuras para proteger tus dedos.
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