Beber agua no es solo calmar la sed. Nuestro cuerpo está formado en un 60 a 70 % por agua, y su consumo regular es esencial para mantenernos en equilibrio.

Desde el punto de vista fisiológico, incluso una deshidratación leve, es decir, una pérdida de solo el 1-2 % del peso corporal, puede provocar fatiga y reducir la eficiencia durante esfuerzos físicos.

Por ello, entre los beneficios de mantener una buena hidratación podemos destacar:

▪️Favorece la digestión y previene el estreñimiento.
▪️Protege los riñones, ayudando a prevenir cálculos renales.
▪️Mejora la concentración y el estado de ánimo.
▪️Protege la piel, manteniendo la temperatura corporal.
▪️Favorece la actividad del sistema inmunitario.
▪️Y puede favorecer también el control de peso, pues cuenta con un efecto saciante, especialmente al beber antes de una comida.

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