La salmonelosis es una de las infecciones gastrointestinales más comunes en todo el mundo, causada por la bacteria Salmonella. Produce diarrea, fiebre, dolor abdominal, náuseas y vómitos, y suele transmitirse por alimentos contaminados, en especial huevos, carne poco cocinada, lácteos sin pasteurizar o incluso frutas y verduras mal lavadas.

La principal medida de prevención consiste en cocinar bien los alimentos, pues la Salmonella se destruye con temperaturas superiores a 70 °C.

También es importante evitar la contaminación cruzada: no se deben usar los mismos utensilios para alimentos crudos y cocinados sin lavarlos antes.

Además, la higiene es fundamental para la prevención: tras manipular alimentos crudos, después de ir al baño o de tocar animales es imprescindible lavarse bien las manos.

En épocas de calor es esencial mantener la cadena de frío en los alimentos, porque a temperatura ambiente la Salmonella puede multiplicarse rápidamente.

Aunque la mayoría de los casos son leves y autolimitados, la salmonelosis puede ser peligrosa en niños pequeños, personas mayores o con un sistema inmunitario debilitado.

Por eso, unas medidas simples de higiene y manipulación segura de los alimentos evitarán correr el riesgo de sufrir esta infección