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Hay cinco personas que no se quejarán de las molestias que les ha causado el apagón, porque los muertos ya no sienten molestias.

Podría haber sido su marido, su hermana, su hija, su abuelo o su madre. Y su opinión sobre el apagón sería distinta, cuando viera las grabaciones de la presidente de Red Eléctrica, afirmando - con solemnidad - que eso era imposible que fuera a ocurrir en España. O al presidente del Gobierno, diciendo que va a cerrar las centrales nucleares, cuando - según los técnicos - el apagón se produjo por el desequilibrio de un exceso de energías renovables, que coincidió con que las centrales nucleares no estaban funcionando. Mienten. Y su sectarismo afecta tanto a nuestra salud hasta que seis personas ya no tendrán problemas con las listas de espera. Las mató el apagón.

Red Eléctrica es la responsable de las autopistas y carreteras por las que circula la energía eléctrica. Y las empresas envían sus motos, automóviles y camiones. Se cortan las autopistas y carreteras, y dicen que se va a investigar a los que conducen coches y camiones, y, claro, se detienen. Y a los muertos nadie les recuerda. No les importan, porque los muertos ya no votan.